lunes, 13 de abril de 2009

LEPRA


Mientras los gallinazos trazan círculos sobre las cabezas de algunos
adventistas desesperados, llega a rastras una estela de podredumbre,
visión lúgubre, de leprosos supersticiosos, que matan la ansiedad,
masticando dientes de ajo y holganzas de pan, aplicando infusiones de
hierba sobre las costras de sus heridas. Van, a sus aires, por su simple
vida, aunque estén conminados a unos cuantos kilómetros de arena,
bajo la mortífera mirada de unos santos, que les reprochan sus artimañas,
sus actos impúdicos.
Reposando en colchones percudido por el uso, ellos esperan, simplemente
esperan. Con la parsimonia de héroes místicos que son concientes de su
destino fatal, ellos son supersticiosos, incrédulos, acólitos de una peste,
que no es su enfermedad sino una usura de males cometidos. Ellos son los
estragos de la violencia y la ambición, de las aguas turbias de una generación
perdida, que cedió ante la nauseabunda altivez de los dueños del averno.
Solo les resta esperar, como custodios de un tesoro arcano, bajo los rayos de
un árido sol, que les pertenece solo por unas cuantas horas, a que las
campanas del templo, les anuncien un nuevo fin del mundo.

martes, 7 de abril de 2009

MUJER DE PAPEL



Muchas cosas extrañas y muy pocas divinas, han salido de mi mente para
quedar grabadas en papel. Escribiéndote entre lineas, tratando de hacerte
humana en cada palabra, desvariando en las madrugadas, buscando algo
real en mi inventiva.
Imaginando, creando, pintando sueños con colores vivos, ensayando
sonrisas frente al espejo fragmentado, desempolvando los viejos trajes
de mi abuelo, levantandome a las 10 de la madrugada, para leerte con
los primeros rayos de un impío sol. Volviéndome caminante con causa,
preguntando en las calles por ti, sin que filósofos, payasos, borrachos,
sepan darme razón, de esta mujer inventada.
No logro acordarme, si te vi y te cree o si te cree y te vi. Solo se que te
busco en medio de la gente, en medio de vocales y tildes. Esperando en
mis horas vagas por la realidad lírica, que no seas solo la creación,
resultado de mis alucinaciones. Desvariando me llega un leve vestigio de
tu voz imaginada, tus palabras lanzadas al azar, desde algún recóndito
lugar, suturan mis heridas infectadas.
Yo seguiré escribiendo, esperando alguna señal. Escondiendo dinosaurios
debajo de la cama, liberando animales de una caja de galletas, y
preguntando en las cantinas, a esos duendes seriales, si de casualidad te
han visto pasar por aquí.